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Ya desde bien pequeños, nos han inculcado la importancia del calcio o la vitamina D del sol para nuestra salud, pero, ¿habéis oído hablar de la vitamina K? Esta vitamina proporciona varios beneficios a nuestro organismo y, concretamente, a nuestra piel, gracias a sus propiedades anticoagulantes y cicatrizantes.
La vitamina K (K1, K2, K3) cumple un papel esencial en el cuidado y mantenimiento de funciones como la coagulación de la sangre o el buen estado de nuestras arterias. Se trata de un componente orgánico, por lo que al ser clave en el correcto desarrollo del metabolismo, es necesario que las incorporemos en nuestra dieta.
En ese sentido, fijaos si es valiosa la vitamina K que además de encontrarse en alimentos, también se puede administrar a través de preparados farmacológicos. Eso sí, siempre se debe recurrir a esta segunda opción por recomendación médica.
A la hora de cuidar nuestra piel, está demostrado que la vitamina K aporta ventajas. De hecho, actualmente una gran variedad de cremas y geles contienen esta sustancia a fin de calmar y tratar la piel.
Tras haberos contado las virtudes de la vitamina K, seguro que much@s querréis saber dónde podéis encontrar esta sustancia. Antes de todo, debéis saber que está presente en una gran variedad de alimentos, por lo que no será complicado añadirla en vuestro día a día: