Post
Todos sudamos, es un hecho. Pero, ¿qué usar contra el olor que se ocasiona? Existe una amplia oferta de cosmética que existe para combatir este efecto, sin embargo, ¿sabemos diferenciarlos?
Hoy detallaremos cuáles son las principales diferencias entre estos productos (desodorantes y antitranspirantes) y sus efectos en la piel.
Para entender la diferencia entre un producto antitranspirante y desodorante, deberemos entender primero la razón por la cual sudamos.
Cuando sudamos, segregamos en las glándulas sudoríparas de nuestro cuerpo, una sustancia compuesta esencialmente por agua y sales minerales. La evaporación de este sudor en la superficie de nuestro cuerpo reduce nuestra temperatura corporal, siendo un efectivo mecanismo de termorregulación, además de formar parte de nuestro sistema excretor, eliminando toxinas.
Así, el cometido del sudor es mantener una temperatura constante en nuestro cuerpo, asegurando su correcto funcionamiento en situaciones de calor, esfuerzo físico, fiebre, estrés, ansiedad, miedo… De esta forma, como es normal que todos pasemos por alguna de estas situaciones a lo largo del día, será habitual la sudoración.
Entonces, si el sudor es solo agua y sales minerales, ¿por qué en ocasiones huele desagradable? La intensidad de este olor corporal dependerá de circunstancias personales, medio y estados social y fisiológico.
Y es que, a pesar de que el sudor es una secreción inodora e incolora, la segregación de sus moléculas que se secretan con el sudor por la flora bacteriana, pueden ser percibidas por los receptores olfativos y por consiguiente ser consideradas las responsables de los olores desagradables.
Además, otro origen de este mal olor corporal radica en la secreción con el sudor de moléculas volátiles resultantes del metabolismo que presentan ciertos alimentos una vez ingeridos (ajo, cebolla, especias).
La diferencia entre el antitranspirante y el desodorante se establece en el hecho de que el primer producto controla y reduce la producción y liberación del sudor a la piel, mientras que el segundo solo neutraliza el mal olor gracias a la presencia de sustancias antibacterianas en su composición.
Dicho de otra forma:
Los antitranspirantes paralizan la producción de sudor tapando las glándulas sudoríparas, evitando a su vez el crecimiento de bacterias. Sin embargo, no debemos abusar de este tipo de productos, ya que la transpiración es un proceso cutáneo necesario.
Los desodorantes, por otra parte, no son aconsejables para quienes desprenden un olor corporal muy fuerte, ya que solo actuan enmascarando la transpiración, sin evitarla. Así, las sustancias que lo componen no evitan la proliferación de bacterias que contribuyen al mal olor.
Dependerá del gusto del consumidor. La amplia oferta de desodorantes y antitranspirantes presenta muchas formas de aplicación y un gran abanico de composiciones, para adecuarse a cada tipo de piel.
Si tu piel sufre problemas de dermatitis, donde el umbral de irritación es bajo, elige un producto que no contenga alcohol ni perfumes. Además, será recomendable que evites las sales de aluminio, ya que no son propias para pieles sensibles (pueden causar irritación, picor, descamación o lesiones de dermatitis).