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Nos bañamos en el mar más por ocio que por prescripción médica, sin embargo, los médicos de la antigüedad ya recomendaban los baños de mar como remedio medicinal.
Así, hace un tiempo ya os hablamos acerca de los beneficios del agua del mar para nuestra piel. Pero hoy queremos ir más allá, por eso queremos contaros el por qué el agua salada guarda tantos beneficios para la piel atópica.
El agua que compone los océanos y mares de nuestro planeta es salada por la concentración de sales minerales disueltas que contiene. Esta concentración proviene de las rocas que se encuentran sobre la tierra.
Al caer la lluvia, erosiona las rocas y el ácido se disuelve sobre éstas para posteriormente depositarse en arroyos y ríos hasta desembocar en los océanos. Así, cerca de 35 partes de cada 1.000 (3.5%) del volumen del agua del mar, proviene de sales disueltas.
Esto hace que el agua de mar signifique una solución salina muy efectiva para las pieles atópicas. Pero… ¿por qué exactamente?
Los baños en la playa guardan propiedades beneficiosas para la piel y ciertas patologías o enfermedades de la piel, entre ellas la dermatitis atópica. Esto se produce gracias a la actividad antiinflamatoria y a que disminuye la pérdida transepidérmica de agua, favoreciendo tanto la hidratación de la piel como su rol “barrera”.
El agua de mar tiene una composición similar al de nuestro plasma sanguíneo (vitaminas, sales minerales, oligoelementos y aminoácidos). Y es que contiene todos los minerales imprescindibles para la vida, en una proporción muy similar al plasma sanguíneo.
Además, es rica en microorganismos que producen sustancias antibióticas (combaten las infecciones bacterianas), antimicrobianas (actúa contra los microorganismos, destruyéndolos o inhibiendo su crecimiento) y antibacterianas (destruye las bacterias o les impide que crezcan y causen enfermedad).
La sal contenida en el agua de mar actúa como un exfoliante natural y ayuda a eliminar las toxinas de la piel, por lo que ayuda a la celular de la piel mediante la eliminación de las células muertas.
El agua de mar repone la piel con minerales, como el magnesio, que nutre nuestra piel bajo su efecto reparador.
Tiene grandes propiedades antisépticas, lo que resulta muy útil en la curación de heridas de grado menor, cortaduras, erupciones o quemaduras.
La combinación de todas estas propiedades hace que el agua marina tenga la capacidad de aliviar pieles dañadas e irritadas, además de limpiar las mucosas. Pero estos beneficios no se deben sólo a la acción de las sales marinas que contiene, sino al conjunto de: una exposición solar limitada, el descanso y la humedad ambiental.
Han quedado claros los beneficios del agua marina para el tratamiento de los brotes de dermatitis atópica, sin embargo, quizás el agua de mar no sea suficiente para aliviar tu preocupación. Así, te recomendamos que confíes en tu médico, alergólogo, dermatólogo y farmacéutico, ya que buscarán y te indicarán cuáles son las mejores acciones que puedes realizar.
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