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Con el verano llamando a nuestras puertas, comenzamos ya la temporada de playa y piscina. Las vacaciones también están al caer y con ellas el relax que tanto deseamos. Pero hay algo en lo que no podemos bajar la guardia y relajarnos: en la protección frente al sol.
No nos cansaremos de decirlo. Es imprescindible que tengamos unos buenos hábitos a la hora de cuidar nuestra piel y salir al sol: usar sombreros, gafas, la ropa adecuada, cremas que creen una barrera protectora frente al sol,... Pero ¿realmente sabemos elegir un buen fotoprotector? No basta con fijarnos en el SPF (factor de protección solar), también debemos tener en cuenta otros factores.
El SPF que viene reflejado en los envases solo nos indica la protección contra los rayos UVB. Por eso debemos fijarnos bien en que la crema que vamos a comprar ofrezca una protección de amplio espectro.
Cuando estamos frente a las estanterías de las cremas solares, debemos perder unos minutos mirando cada uno de los envases. Todos los dibujos que aparecen en el bote no están ahí por casualidad. ¿Qué debes mirar? Un buen protector solar debe tener todas estas características:
Estos son las características básicas, pero puede tener alguna más como filtro fotoestable o ser resistente al sudor y al roce.
Otro punto a tener en cuenta es la amplia variedad de formatos que podemos encontrar en el mercado: en loción, en spray, en gel, en stick,... La cosmética también ha avanzado mucho y nos ofrece mil y una maneras para poder aplicarnos un buen protector, adaptado a cada tipo de piel.
Así que ya sabes, cuando vayas a comprar una crema solar, pierde unos minutos y elige la más adecuada para tener garantizada una adecuada protección contra el sol. Y recuerda, que los peques de la casa son aún más vulnerables y debemos prestarles una especial atención. A los menores de 6 meses no hay que exponerlos directamente al sol. Si tienen más de esa edad, con mucha mucha precaución. Recuerda que una piel dañada en nuestra juventud, es una piel con problemas en la edad adulta.
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