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Es hora de apostar por la Inteligencia Artificial

Al igual que en su día la electricidad fue revolucionaria, la Inteligencia Artificial pretende ser clave en un nuevo ciclo de la historia de la humanidad.

Nos encontramos en el comienzo de este período, y los sistemas de salud no pueden quedarse al margen, ya que esta tecnología nos ofrece muchísimas oportunidades para salvar vidas y mejorarlas.

Hoy os contamos por qué apostar por la Inteligencia Artificial y la digitalización en el ámbito de la ciencia, y más concretamente, en el de la dermatología.

Dermatología: ¿cómo integrar la Inteligencia Artificial?

Las lesiones cutáneas, una de las enfermedades con mayor prevalencia entre los humanos, afecta a millones de personas alrededor de todo el mundo. Además, por desgracia, su tasa parece seguir incrementando debido al envejecimiento de la población.

Los cambios clínicamente significativos de la piel pueden venir provocados por un sinfín de causas: infecciones por bacterias, virus u hongos, alergias, genética, alteraciones del sistema inmunológico, traumas, cáncer...

Así, al haber tantos síntomas y causas diferentes, el proceso de diagnóstico y evaluación objetiva de las lesiones se complica en la práctica clínica cotidiana.

Pero, ¿qué papel puede realizar la Inteligencia Artificial en este sentido? Como sabréis, en dermatología, la inspección visual de la lesión o área sospechosa es el punto de partida del diagnóstico. Por lo tanto, la capacidad y precisión de este dependerá en gran medida de la experiencia y formación del dermatólogo o del médico generalista.

Para poneros en situación, según Carlos María Galmarini, fundador de una plataforma de inteligencia artificial que analiza datos provenientes de todas las fuentes de investigación médica:

“La precisión diagnóstica visual media de los dermatólogos titulados se sitúa en torno al 70% en el caso de melanomas. En casos que resulten sospechosos, la inspección visual se complementa con una serie de herramientas de diagnóstico (como la dermoscopia).

Aun así, incluso con este recurso técnico, los dermatólogos raras veces alcanzan niveles de precisión diagnóstica superiores al 85%. La situación se complica aún si tenemos en cuenta que, además de que hay una escasez de dermatólogos, la precisión de los facultativos no especializados se sitúa entre un 20 y un 40% de acierto, considerablemente por debajo de la de los dermatólogos, según diferentes estudios.

Por lo tanto, existe una necesidad real de desarrollar, evaluar y optimizar herramientas de diagnóstico nuevas, capaces de ayudar a los dermatólogos o médicos generalistas a diagnosticar lesiones cutáneas con mayor precisión.”

Resulta obvio entonces que, en el diagnóstico de una lesión dermatológica, el uso de herramientas de inteligencia artificial se haya convertido en una de las principales líneas de investigación. En concreto, los sistemas de visión artificial, capaces de analizar y clasificar grandes cantidades de imágenes en poco tiempo.

¿Somos capaces de hacer valer nuestros recursos? Puede que estos sean los datos, o puede que sea el valor que podemos llegar a obtener gracias a ellos. Lo que queda claro es que los algoritmos de visión artificial han demostrado ser una gran ayuda en el diagnóstico de melanomas.

Su capacidad de describir e interpretar los datos, aprender de ellos y aplicar algoritmos para dar soluciones, permite reconocer al paciente, revisar su historial clínico al instante, compararlo y dar unas pautas al profesional médico en base a ese background.

De esta forma, se trata de crear sistemas útiles que abarcan la “medicina personalizada”, mejorando así la atención de cada paciente.

Retos a los que se enfrenta la digitalización e Inteligencia Artificial

Entre los desafíos más importantes a los que se enfrenta la digitalización e Inteligencia Artificial, encontramos:

  • Tecnología: se trata de que la Inteligencia Artificial y los profesionales médicos hagan equipo, por lo que los médicos deberán transmitir su conocimiento y, al mismo tiempo, aprender de este tipo de sistemas que agilizarán su trabajo.
  • Normativa y legalidad: se deberá garantizar los derechos que en el mundo analógico ya teníamos. Es un tema algo complejo, al tratarse del ámbito de la salud y las personas, sin embargo, hay que permitir una regulación que equilibre el uso responsable de datos, haciendo hincapié en el bien común que se puede alcanzar con ellos.
  • Ética y humanismo: habrá que desarrollar la digitalización en base a los principios y valores que nos hemos definido como sociedad: Inteligencia Artificial por y para el paciente.
  • Sociedad: no se trata de lograr avances tecnológicos para mejorar nuestro sistema (que también), sino de dirigirse fundamentalmente hacia las personas. Es momento de reivindicar qué se puede y no se puede hacer con esta tecnología, ya que nunca antes habíamos tenido tantas herramientas a nuestro alcance.

La reconstrucción del sistema sanitario será en digital

Que el desarrollo de la Inteligencia Artificial cambiará la práctica médica es una realidad.

La tecnología ya está mejorando problemas concretos y realidades cotidianas, sin embargo, esos “pequeños milagros” no son algo casual, llevan detrás años de trabajo, inversión y desarrollo.

Nosotros lo tenemos claro, ahora solo necesitamos que el resto de la sociedad tome conciencia: tenemos una oportunidad de oro para explotar un ecosistema de generación de desarrollo sanitario y de bienestar social, y contamos con la experiencia de un equipo que lleva años trabajando por construir un mejor futuro en el ámbito de la dermatología.

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